Dieta mediterránea para aumentar de estatura

Desde la época de nuestras abuelitas, nuestros hábitos alimenticios han ido cambiando. Y no precisamente para bien. La obesidad está aumentando entre los niños y adolescentes. Y en vez de crecer a lo largo, ampliamos nuestra talla a lo ancho.
Para evitar que esto ocurra -al menos a nuestra edad- debemos combinar nuestra alimentación y estilo de vida de una forma equilibrada. No solo se trata de comer cosas sin grasas o exceso de químicos. También hay que tener en cuenta cuándo, dónde y cómo lo hacemos y en qué medida afecta a nuestras demás actividades.
El modo de alimentación tradicional de algunos pueblos es, por lo general, más sano que los que actualmente nos venden por la TV y las revistas. Entre ellos, uno de los que más favorece a no caer en el sobrepeso y facilitar el aumento de estatura es la conocida como dieta mediterránea.
Proveniente de la Grecia Antigua y sus alrededores, la tradición de esta parte del Mundo tiene como rey de sus comidas al aceite de oliva. Este es el condimento perfecto para deliciosas pastas, legumbres, hortalizas y verduras, así como el infaltable pescado asado o a la plancha, que es la antesala para los postres hechos a base de frutas secas.
La ventaja de este régimen alimenticio es que sus principales componentes tienen grandes cantidades de omega 3, un aceite esencial que permite una mejor asimilación de las grasas y el fortalecimiento de los huesos, haciendo que estos puedan estirarse con mayor facilidad y podamos ser más altos.
La tradición dicta que el almuerzo debe ser después del mediodía y la cena un par de horas antes de ir a la cama. Y es imprescindible tomar una ligera siesta después de las comidas para favorecer a su digestión y la recuperación de energías.
Mientras más pronto comencemos con la dieta mediterránea más posibilidades tenemos de crecer. Pero si ya casi hemos llegado a nuestro tope, al menos nos permitirá tener una fina silueta que disimule mejor nuestra baja talla.